Cuando lo exige la impudicia… es preciso posicionarse. Lo he hecho varias veces. Singularmente respecto de las posiciones de aquél con quien aprendí (con alguien tenía que ser) a leer los textos filosóficos.
En un momento en que en Venezuela se producía un golpe de estado contra el gobierno legítimo, Gabriel Albiac escribió un artículo en el que (utilizando además groseras referencias racistas) glorificaba aquella intervención… y se quejaba amargamente de su derrota. No era la primera vez que hacía algo parecido (ya con Palestina, con Iraq… o aquí con los nacionalismos-sin-estado había manifestado posiciones tardo-liberales y/o neo-fascistas, defensoras -en todo caso- del más rancio y criminal concepto de Orden).
Escribí un texto que apareció en 2002 en la publicación digital Rebelion.org, y en el que utilicé el formato de una CARTA ABIERTA A GABRIEL ALBIAC.pdf